Si hace no hace tanto descubriamos el MASOCORE y su explotación de los instintos sadomasoquistas a través de las videoconsolas, ahora nos tropezamos con el SADOMARKETING.
En lo aberrante encontramos deleite y placer en lo más detestable.
Charles Baudeleire
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Y es que los consumidores por definición tendemos hacia el masoquismo… porque si no, hay muchas cosas que no se explican. Así que algunas marcas aprovechan ese amor por el sufrimiento y lo aplican a sus marcas, persiguiendo darlas un valor añadido a partir del esfuerzo y las humillaciones que nos cuestan.
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El Sadomarketing es una estrategia que consiste en hacer sufrir a los clientes para conseguir que compren más. Cuanto más sufrimiento provocamos , más demanda generamos y mayor es la expectativa de obtener placer tras el acto de compra. El placer tiene relación directa con el sufrimiento.
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Al fin y al cabo, a todos desde pequeñitos nos han dicho muchas veces que lo bueno cuesta ganárselo, que para estar bella hay que sufrir, y demás frases hechas que permiten que ahora nos vendan la moto y nos sintamos más privilegiados y exclusivos si accedemos a un establecimiento o producto después de pasar varias horas de cola, o si la marca nos proporciona productos eternamente inacabados y dificultosos, por poner algun ejemplo, que si nos atienden inmediatamente con cortesía esquisita y de forma plenamente satisfactoria.
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Debe funcionar… Si no, no existiría el sadomarketing. Y como buen sadoloquesea, parte del principio de consenso y distingue la experiencia de placer de la desviación patológica:
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“una marca no puede humillar a sus clientes, si estos no quieren ser humillados. La estrategia del 1004 de Telefónica no es Sadomarketing, es patología.”
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Personalmente, nosotros preferimos sufrir menos en asuntos de mercaderías y desfogar nuestros instintos de otras formas más… interesantes. Pero el artículo estaba interesante.