Crónica de una (mala) experiencia en el tratamiento de ETS en Alicante

Hace ya días (o semanas) que queríamos traer a nuestro rincón un tema que comentó en su blog La Mosca Cojonera, pero cosas propias de la vida diaria nos han tenido con las manos ocupadas lejos del teclado.

Se trata de dos entradas a lo largo de las cuales se narra el calvario que una pareja swinger pasa en Alicante tratando de conseguir el diagnóstico y tratamiento para una enfermedad de transmisión sexual (ETS).

El calvario (entre las piernas) de mis amigxs
El calvario (entre las piernas) de mis amigxs, segunda parte

Sus desventuras les arrastran de médico en médico, tanto por consultas públicas como privadas, bajo una lluvia de censuras, desprecios, caras de asco, abroncamientos, recomendaciones de castidad, y asuntos similares.

“que tuviera cuidado que su novio podría estar poniéndole los cuernos.”

 “y dejar de follar que los métodos anticonceptivos no son nada seguros”

“que esta muy mal lo de ir por ahí follando, que después lo que tenemos que es MUY GRAVE tal vez no podamos volver a follar entre nosotros sin condón nunca, que lo mejor es la abstinencia”

Una sarta de despropósitos que resultarían cómicos por anacrónicos y ridículos, si no fuera por cómo este tipo de actitudes pueden llegar a aplastar el ánimo de cualquiera que tenga que sufrirlos, y que culminan con una doctora que incluso llega a informar a familiares por su cuenta y riesgo, revelando datos médicos privados a terceros en contra de la ley de protección de datos.

Sin contar que a esta fragante falta de profesionalidad se suman plazos eternos para las visitas y pruebas y una cadena de errores en los diagnósticos y tratamientos, que, por si no hubiera sido bastante el daño psicológico causado a los pacientes, acaba de poner en peligro su recuperación y salud física. Amén de una sangría económica de dimensiones considerables que no les aporta ningún resultado, salvo el de ir sumando mensajes alarmistas y sermones.

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Nos pareció relevante hacernos eco de este tema, especialmente al haber ocurrido en nuestra provincia. Tanto por el interés que puede tener como denuncia pública de esas actitudes inadmisibles, que por desgracia aún son bastante habituales en muchos profesionales, como también de cara a la posibilidad de que otras personas se encuentren viviendo una situación parecida y esto pueda servirles de consuelo (mal de muchos…) y sobre todo de orientación para conseguir una solución con el menor daño posible.

Por nuestra parte tenemos que reconocer que cuando hemos realizado consultas y solicitado pruebas para ETS, afortunadamente no hemos tropezado con estos escollos. En nuestro caso fuimos atendidos con corrección y los profesionales no mostraron ningún interés especial en nuestra vida privada. Eso sí, los plazos en la seguridad social son los que son… Como para una emergencia.

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Practicar BDSM no implica necesariamente que aumenten significativamente las conductas de riesgo, en comparación con el resto de la población sexualmente activa. Hay parejas BDSM monógamas, y grupos de tres o pocas más personas muy cerrados a la participación sexual de gente ajena a su círculo íntimo; No es imprescindible practicar intercambios y/o cesiones sexuales, ni tiene por qué haber juegos de sangre, y tampoco significa necesariamente promiscuidad,… Pero también puede que sí, cada cual hace lo que quiere y hay quien se lo pasa estupendo compartiendo su intimidad y sus perversiones. En teoría eso es lo bueno del BDSM, acepta cualquier tipo de relación y fantasía. Ahora imaginémonos en la consulta de uno de los lumbreras  cavernícolas que atendieron a esa pareja, luciendo, además del estigma del pendoneo propio de las relaciones abiertas y/o múltiples, una confesión de intereses sadomasoquistas aderezada por la marca de unos cuantos fustazos frescos…

Por otro lado, nadie está completamente a salvo de sufrir una enfermedad de transmisión sexual, por muy convencional y partidario del misionero que sea. ¡Salvo que jamás en su vida tenga ningún tipo de contacto sexual con nadie! Por eso siempre insistimos en la importancia de prevenir y jugar de forma segura en todos los aspectos, incluido el sexual.

Y si aún así tienes la mala fortuna de pillar una ETS… Recuerda el via crucis de esta pareja. No para asustarte, sino para que vayas prevenido para reclamar (si te es posible) ante posibles intromisiones en tu intimidad y juicios de valor, exigir la confidencialidad que por ley te corresponde y, sobre todo, porque si ves que la cosa se complica… sepas por donde tirar y puedas solucionarlo con el menor perjuicio posible. ¡Pide ayuda! Por fortuna el BDSM y las sexualidades alternativas cuentan con redes de gente muy activa e informada, como golfox con principios, y seguro que en un par de emails y telefonazos te habrán puesto en contacto con profesionales competentes.

2 comentarios en «Crónica de una (mala) experiencia en el tratamiento de ETS en Alicante»

    1. Esa pregunta demuestra que no se ha leído usted la historia original eeeeh??? 😉

      Al final acudieron a OPEN HOUSE de Madrid y en pocas horas tuvieron diagnóstico y tratamiento. La enfermedad era algo bastante común y se solucionaba con los antibióticos adecuados. No era «algo gravísimo» ni una «emergencia nacional», ni les incapacitaba para futuras relaciones, ni nada por el estilo. Alarmismo e incompetencia en estado puro.

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