Saga «El Orden Divino» de Claudie E. Juglans

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Hace tiempo que el título de esta saga ocupó un espacio en el listado de «Bibliografía bedesemera por el #DiaDeLasEscritoras» y los ejemplares de la saga en mi kindle. Pero no los he leído y por tanto, hasta ahora, estaban sin reseñar. Sigo sin haberlos leído.

A ver… me lo he propuesto un par de veces pero apenas avanzo unas pocas páginas, y así no se puede comentar nada. No es culpa de los libros, no he visto más que buenas palabras sobre esta historia de Dominación/sumisión entre ángeles y humanos. Es que yo, que solía leer cualquier cosa que cayese en mis manos, llevo una larga sequía lectora y muy muy raramente me engancho con algo (y no necesariamente es bedesemero). Tengo también pendiente el segundo libro de Ángela Cantero, y eso que el primero («Historia Brve de Vida, Amor y Sexo») me enamoró.

No pasa nada. Ya volverá la lectora ávida… Ahora cuando tengo ratos libres a solas los dedico a poner en la tele una serie superficial, que no me lleve esfuerzo (y que apenas veo) y jugar en el móvil al nonogram o alguna tontería similar. O sea, a perder el tiempo.

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PERO, resulta que recientemente en twitter @zorionealegre publicó un hilo, tan largo como interesante, haciendo un exahustivo análisis de esta obra y su significado. Y ha tenido la amabilidad de permitirme copiarla en el blog.

Hace mucho que no recomiendo blogs, cuentas ni espacios ajenos… Habrá que ponerle remedio, porque las referencias de hace años muchas veces ya no valen (hace poco releí en un post un tuit estupendo de 2014 de alguien que ya no está en twitter… pasa mucho). El jardín hay que renovarlo. Que hay mucha savia nueva, otras voces, gente a la que prestar atención porque cuentan cosas interesantes y de formas interesantes. Y si no renovamos nos los perdemos.

Una de ellas es @zorionealegre.

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Que además es experta en palabras, y eso para mí es casi un fetiche en sí. A veces se enreda en debates con @fideldeGK y hay que coger palomitas para poder seguirles con comodidad. Otra cuenta muy interesante. Ambos son de esas fuentes que aportan desde un positivismo sano y diverso, y con quien da gusto incluso discrepar. Esperen, que tengo que copiar un tuit de fidel antes de que se me pierda…:

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(No se dejen engañar: su BDSM no es «blandito». El amor no es blandito. Un día tendríamos que desarrollar este punto)

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Al lío. A continuación reproduzco el hilo de zori, con permiso de la autora. Y les invito a leer la saga… yo estoy tentada de ponerme otra vez con energía renovada (lena mira de reojo el trabajo pendiente que espera asomando por rincones del portátil…). Por cierto: la autora, @ClaudieJuglans , es otro espacio a tener en cuenta en twitter. Encontrarán en su cuenta muchos hilos de divulgación de temas variados, especialmente desde la femdom (que no findom, no mezclemos), pero no exclusivamente.

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Al lío: saga El Orden Divino (el hilo)

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Hoy en día, hay muchas formas de explorar el BDSM; solo necesitas ganas y una conexión decente a internet. Y aunque [al ser un mundo históricamente clandestino y nómada] presenta ciertos riesgos, existen maneras seguras de adentrarse.  Leer a @ClaudieJuglans  es una de ellas.

En un universo literario vasto y muchas veces difuso, donde las representaciones del BDSM suelen perderse entre clichés y miradas incompletas, la obra de Claudie Juglans se yergue como un faro de claridad y sensibilidad.

Leer a Claudie Juglans es descubrir una invitación honesta y profunda, una puerta que abre el mundo del BDSM sin sensacionalismo, sino con la elegancia y el respeto de quien comprende que este mundo se explora desde el consentimiento, el respeto y, sobre todo, el amor.

Para quienes buscamos comprender estos deseos desde un lugar auténtico, seguro y consciente, leerla es una guía, una caricia y una revelación.

En una ocasión alguien, con una superficialidad y un ego desmedidos, tuvo la osadía de decirme que el activismo y la obra de Claudie Juglans se reducía a un “BDSM cuqui.” Aquella expresión, lanzada con el desdén que a menudo acompaña ciertas críticas vacuas, pretendía de algún modo desestimar el trabajo de una Autora que ha trazado un camino profundamente significativo. No es la primera vez, claro, que a una mujer [como también han hecho con @WifacAtope] se la acusa de tener un discurso BDSM cuqui o blando.

Curiosamente, suele ser la voz masculina la que asume que, para ser auténtico, el BDSM debe ser oscuro y carente de ternura, como si el amor y el respeto fueran excluyentes del sadomasoquismo en nuestro mundo.

Con cada página de El Orden Divino, Juglans nos recuerda que su obra es mucho más que un simple manual de prácticas o un relato sobre el deseo; es un lenguaje universal, un hilo que nos atraviesa y nos envuelve como comunidad.

Y quiero contaros, con toda la sinceridad de alguien cuya vida ha sido tocada profundamente, por qué creo que su visión es trascendental.

Su relato es una de esas pocas obras que no solo describe, sino que acompaña, que comprende, que invita a le lectore a habitar el espacio entre el poder y la vulnerabilidad con honestidad y humanidad.

No puedo, ni deseo, fingir una neutralidad que no existe en mi amor por esta obra. El Orden Divino llegó a mis manos en un momento en que mis fuerzas, y mi vida, estaban en sus límites.

He hablado de ello antes: me había llegado un diagnóstico de nefropatía avanzada, tenía un riñón asolado por neoplasias. La noticia me dejó frente a la relativa inminencia de una muerte que parecía inevitable. Y fue en medio de aquella oscuridad que descubrí el libro de Juglans.

El Orden Divino se convirtió en mi refugio durante aquellas noches donde la esperanza flaqueaba. Lo devoré en tres noches febriles, y, en ese breve lapso, cambió mi vida para siempre.

No fue solo un escape, sino una especie de renacimiento; un recordatorio de que incluso en la Entrega hay fuerza, y que en la aceptación de nuestra vulnerabilidad puede encontrarse una forma de resistencia.

Desde ese instante, supe que este libro era algo extraordinario, algo que no solo merece reconocimiento por la conexión emocional que forja, sino también por la solidez de su construcción narrativa y su riqueza lingüística.

Y, aunque podría bastar con el impacto personal, también me atrevo a sostener que, en términos narratológicos, El Orden Divino se alza como una de las grandes obras, a la altura de los relatos más profundos sobre la condición humana.

En adelante, permitidme desentrañar esos elementos con la admiración que esta obra y su Autora merecen.

«El Orden Divino» no es solo una novela; es un mundo. Una obra monumental que se despliega con una fuerza narrativa tan arrolladora que resulta imposible no enamorarse de su cadencia, de sus personajes y de su profundidad.

La trama se centra en Lawrence un joven que desea ir a Alpha, una universidad para la élite humana y celestial. Allí conocerá a Ciel, un ángel que le enseñará el placer de someterse y despertará en él la Entrega.

En base a esta sinopsis, corta y manifiestamente injusta, más o menos podemos hacernos una idea de que el libro nos presenta una trama homoerótica y bedesemera, pero, en realidad, es mucho más que eso.

Es una oda a la vulnerabilidad, una exploración de la entrega humana y un canto a la liberación a través de la rendición.

Desde el primer momento, Juglans nos sumerge en la dualidad sutil entre el poder y la devoción, entre ser la posesión de un Dueño o la de un Verdugo. Con una precisión impecable, la Autora nos revela los matices de esta relación sin caer jamás en el recurso fácil de la transgresión morbosa. Aquí no hay lugar para abusos blanqueados ni para la confusión entre dolor consentido y sufrimiento impuesto; Claudie Juglans establece una diferencia clara y necesaria, una que debería ser el estandarte de cualquier representación de esta comunidad.

Su «EOD» es una guía, sí, pero también un consuelo y una enseñanza para quienes buscan navegar los profundos mares de la Entrega sin perderse en ellos.

Narrativamente, la obra es una joya. Su estructura hipertextual, que puede parecer caótica en una primera lectura, revela, para quienes se aventuran en ella, una riqueza intertextual que conecta esta obra con la gran literatura universal.

Las construcciones sintácticas de Claudie poseen una urgencia que arrastra al lector en una lectura casi frenética, donde el placer está en detenerse, no por cansancio, sino por no querer llegar al final.

Sus diálogos rozan lo cinematográfico, y en ellos se despliega una paleta de registros y tonos que pasan de la súplica a la ternura, de la humillación al amor profundo.

Es como si cada palabra fuera cuidadosamente elegida para crear un mosaico de emociones, un caleidoscopio en el que cada color es una capa de significado.

Y no se puede hablar de «El Orden Divino» sin mencionar su segmentación paragráfica, una construcción que pareciera respirar con vida propia. Cada párrafo se convierte en un personaje adicional, un pulso que late al ritmo de la historia.

Juglans transforma esta técnica en un arte; su segmentación es orgánica pero anti-intuitiva y aún así perfecta. A través de algo tan técnico y aparentemente frío como la disposición del texto, consigue transmitir la vibración de los sentimientos más hondos.

Se necesita un verdadero dominio del lenguaje para hacer de los párrafos una coreografía que baila junto a le lectore.

Más allá de lo técnico, la Autora demuestra una empatía y un conocimiento que solo puede provenir de alguien que ha conocido y poseído la vulnerabilidad que describe. Juglans aborda el abuso con una sensibilidad que huye de lo morboso; Claudie comprende y transmite que la sanación para muches está en una Entrega hecha en manos correctas, en una conexión humana que abraza sin destruir.

Y en sus personajes, como el inolvidable Azarel, se evidencia una generosidad que debería hacernos reflexionar sobre la importancia de hablar sobre salud mental en el contexto del BDSM.

Algún día pienso ser muuuuy pesada hablandoos de Azarel. Mucho. Muy pesada, en serio]

«El Orden Divino» no solo cambió la vida de quien escribe estas palabras; fue un punto de inflexión, un libro que me llevó a descubrir a [o ser descubierta por] la persona que más quiero en mi vida, que me salvó la vida, me curó y cuidó y que hoy es mi familia, a amistades que surgieron a la luz de sus páginas y que viven en un rincón de mi alma. Gracias a esta obra, encontré el valor de salir del armario BDSM, de aceptar y construir mi identidad en compañía de quienes comparten esta parte de mí.

Y gracias a la voz poderosa de Claudie Juglans, luché por cuidarme y hallé la fuerza para buscar la Entrega desde la humildad y el amor verdadero.

Porque Claudie Juglans no solo es una D que escribe sobre D/s; ella entiende, siente y dignifica el alma sumisa como pocos D lo han hecho.

En su activismo, en sus palabras, y en su lucha incansable contra quienes, desde la sombra, intentan abusar del poder que el BDSM pone en juego, se evidencia un amor profundo y genuino por su comunidad, por quienes, como Ella, buscan una vida de Entrega en paz, respeto y amor.

Su trabajo es un baluarte, una defensa y una llamada a la protección de los más vulnerables de nuestra comunidad, y por ello, leerla es un privilegio, una invitación y, más aún, un acto de amor.

Desde aquí, un agradecimiento infinito, Señora @ClaudieJuglans, por escribir con el alma, por regalarnos este mundo, y por dejarnos acompañarla en esta lucha.
Su «EOD» es mucho más que un libro: es un refugio, una promesa y una guía en el viaje de quienes buscan el sentido profundo de la entrega.
Gracias, Señora, porque a través de sus palabras, muches encontramos el valor de ser, de pertenecer y de entregarnos con devoción. Gracias por hacer del BDSM un espacio seguro y sagrado. Gracias por tanto.
zorionalegre
(twitter 9 nov.’24)

 

 

 

 

 

 

 

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