Si hay que hacer balance…

Este año si hubiera que hacer balance…

Este año no se puede, porque ha sido un año deshojado, a medio hacer, raro. Muy raro.

Este año, el primero sin Ti, el mundo se paró de golpe y se puso patas arriba. Las escalas de valores cambiaron de repente y lo importante dejó de ser lo que era, para ser otras cosas. Vivimos en suspenso. Esperando.

Ha sido un año tan extraño que tuve tiempo para macerar la pena y andar despacito sin presiones, porque no era yo la paralizada, daba igual: éramos todos. Pude ponerme al día en cosas que arrastraba porque ya no había otras urgencias que atender; Desentumecer la cabeza despacito, entre series de netflix (de netflix, de amazon, de a3mediaplayer, de Disney… ¿será por series?); Charlas eternas en twitter y conversaciones de media noche en las que irse desnudando entre intrascendencias, sin el fantasma de tener que enfrentar el despertador en la madrugada; Sin trabajo, para bien y para mal. Sin expectativas, para bien y para mal. Sin objetivos, para bien y para mal.

Sin prisas.

Un año terrible que extrañamente, aunque dé casi vergüenza decirlo, tal vez me ha venido bien. Soy mucho más yo ahora que hace doce meses. Y parte de mí en este tiempo encontró las ganas y el cómo para permitirme revivir y despertar. Estamos en el buen camino.

Qué bueno es tener gente que te acompañe siempre en este viaje y te ofrezca entornos seguros (físicos y virtuales) para sanar la pena, para confinarte en pandemias, para curarte trombosis (si, de todo ha habido este año),… Y para reaprender a disfrutar de la piel, que también tocaba y no era un paso que viera fácil. El corazón lo dejamos de momento por ahí aparcado, que siga hibernando. No hay prisa.

En fin,… el fin de año va a ser tan raro como el resto del 2020. Sin familia de sangre pero con familia elegida. Comeremos rico y esperaremos a ver si en el 2021 podemos empezar a planear con cierta garantía, a crear expectativas, a plantearnos objetivos… Para bien y para mal.

 

Esta no es una entrada bedesemera.

¿O si?

Feliz y perverso 2021.

Que todas las ausencias y lejanías terminen, y podamos volver a derramarnos en ríos de sudor, saliva, semen, llanto… Que llenemos el 21 de toda la pasión que hemos contenido este año maldito. Que nos desbordemos con nuestros cómplices de juegos, que les demos y nos den todo lo arrebatado. Que sintamos, y termine este impasse de frustraciones y ayunos. Que volvamos a encontrarnos en los locales. Que los debates salgan de fetlife y los hagamos alrededor de una mesa.

Que el 21 nos traiga mucho sentir, y mucho BDSM.

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P.D.: y cuánto me alegro de que tú, hermana DR, superaras al puto bicho.

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.lena

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