Quienes sean habituales lectores de este blog, sabrán que raramente publicamos textos o artículos que expresen una simple opinión y mucho menos que estos sean escritos de forma visceral. Preferimos informar, documentar y argumentar con datos y fuentes. Sin embargo, hoy no va a ser así…
Hoy ha saltado a los medios de comunicación la noticia de la detención de dos tipos por haber abusado sexualmente en relaciones sadomasoquistas de un menor de edad. El relato de los hechos Me lo ahorraré. Pueden leer la noticia por ejemplo, AQUÍ .
Estos “presuntos” hechos no son solo constitutivos de un grave delito, si no que además sólo pueden ser llevados a cabo por “presuntos” MALNACIDOS. Tanto los “presuntos” hechos en sí, como los “presuntos” autores son merecedores de nuestra más completa y enérgica repulsa y, aunque caiga sobre ellos la Ley en su máximo peso, no será jamás suficiente.
Similar situación de asqueamiento he sentido durante los años que he pasado recopilando informaciones y sentencias relacionadas con el BDSM en las que eran recurrentes sentencias por hechos similares.
El Sadomasoquismo Consensuado, que es el ÚNICO sadomasoqusimo que forma parte del BDSM no tiene nada que ver con eso. El Sadomasoquismo Consensuado requiere la voluntariedad libre de las personas implicadas y la sensatez que acompaña a la mayoría de edad.
Por eso, estos “presuntos” MALNACIDOS nada tienen que ver con Nosotros. Son unos “presuntos” delincuentes de la peor especie y todo el peso de la Ley sobre ellos, es poco.
DR.
Reblogueó esto en SUMISIONy comentado:
Hago mias las palabras de los dueños de esta pagina.
Siempre antes de una sesión, con alguien con el que empiezas a »jugar» por primera vez, suelo hacer referencia al gran número de sentencias que hay y que tal como dices diferencian el juego del abuso. Por si acaso se vienen malas ideas… Quizás no es de buen gusto, pero peor sería tener que acudir a los juzgados.
Muchas gracias por su opinión, Señora. Ciertamente, acudir a los juzgados no es algo de buen gusto. Pero no se trata de no tener que acudir, si no de que no haya razones para hacerlo.